MENSAJE DE FIN DE AÑO
Culmina un año, lleno de tristeza para algunos y de alegrías para otros .
Al llegar al final de un año es bueno detener la marcha del camino de nuestra vida y analizar que hicimos bien o que no pudimos realizar en este año. Esta auto evaluación me permitirá hacer proyecciones para alcanzar metas claras en este nuevo ciclo cronológico.
Este tiempo de Navidad y fin de año, convirtámoslo en un tiempo especial de reflexión. Recuperemos el verdadero sentido de esta época:
Recordar el pasado, quiero decir, celebrar y contemplar el nacimiento de Jesús en Belén. Dios vino en la carne, con humildad y pobreza; vino como nosotros, ser humano entre los seres humanos.
Vivir el presente de nuestra vida, cada día, teniendo como modelo a Jesús, nuestro Señor, y como abogada a Santa María, nuestra Madre; siempre vigilantes, transitando por el camino de la oración, la verdad, la justicia y el amor para con Dios y nuestros semejantes, aumentando nuestra fe y acompañándola con obras, perseverando a pesar de todo, como nos dice Cristo: “… el que persevere hasta el fin, ése se salvará” (Mateo 10,22).
Preparar el futuro, aportando nuestro granito de arena al Plan Divino, viviendo como hijos fieles del “Padre nuestro que estás en el cielo…” Viviendo como hermanos buenos de los demás; perfeccionándonos en nuestra naturaleza racional, quiero decir, en el espíritu, y en nuestra adoración, para lograr de manera continua y creciente, el gozo de la convivencia con Él.
Aprovechemos este tiempo para pensar qué tan buenos adoradores hemos sido y qué vamos a hacer para ser mejores. Hagamos un “alto” para reflexionar acerca de nuestra vida espiritual y nuestra relación con Dios. Hagamos un plan para mejorar, perfeccionarnos, ir creciendo en las virtudes y en el amor.
Que Dios te bendiga. De todo corazón, a ti y a tus seres queridos les deseamos lo mejor en esta Navidad, Año Nuevo y siempre.
Con Cristo y María, ¡Paz y Alegría!
NAPOLEON DE JESUS GUERRERO
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