sábado, 31 de diciembre de 2011

MENSAJE DE FIN DE AÑO

MENSAJE DE FIN DE AÑO
Culmina un  año, lleno de tristeza para algunos y de alegrías para otros .
Al llegar al final de un año es bueno detener la marcha del camino de nuestra vida y analizar que hicimos bien o que no pudimos realizar en este año. Esta auto evaluación me permitirá hacer proyecciones para alcanzar metas claras en este nuevo ciclo cronológico.
Este tiempo de Navidad y fin de año, convirtámoslo en un tiempo especial de reflexión. Recuperemos el verdadero sentido de esta época:
Recordar el pasado, quiero decir, celebrar y contemplar el nacimiento de Jesús en Belén. Dios vino en la carne, con humildad y pobreza; vino como nosotros, ser humano entre los seres humanos.
Vivir el presente de nuestra vida, cada día, teniendo como modelo a Jesús, nuestro Señor,  y como abogada a Santa María, nuestra Madre;  siempre vigilantes, transitando por el camino de la oración, la verdad, la justicia y el amor para con Dios y nuestros semejantes, aumentando nuestra fe y acompañándola con obras, perseverando a pesar de todo, como nos dice Cristo: “… el que persevere hasta el fin, ése se salvará” (Mateo 10,22).
Preparar el futuro, aportando nuestro granito de arena al Plan Divino, viviendo como hijos fieles del “Padre nuestro que estás en el cielo…” Viviendo como hermanos buenos de los demás;  perfeccionándonos en nuestra naturaleza racional, quiero decir, en el espíritu, y en nuestra adoración, para lograr de manera continua y creciente, el gozo de la convivencia con Él.
Aprovechemos este tiempo para pensar qué tan buenos adoradores hemos sido y qué vamos a hacer para ser mejores. Hagamos un “alto” para reflexionar acerca de nuestra vida espiritual y nuestra relación con Dios. Hagamos un plan para mejorar, perfeccionarnos, ir creciendo en las virtudes y en el amor.
Que Dios te bendiga. De todo corazón, a ti y a tus seres queridos les deseamos lo mejor en esta Navidad, Año Nuevo y siempre.
Con Cristo y María, ¡Paz y Alegría!
 NAPOLEON DE JESUS GUERRERO


jueves, 22 de diciembre de 2011

La navidad



Por mucho tiempo tenemos la tradición de regalar juguetes a los niños durante la navidad, haciendo de la navidad una de las épocas donde más se fomenta el consumismo en nuestro país. El salvador es un país de tercer mundo que la mayoría de su población vive  sumido en pobreza producto de modelos económicos voraces que solo buscan el interés del gran capital, bajo esta premisa se le ocurre al verdadero poder de nuestro país dolarizar nuestra economía y así según ellos poder tener una estabilidad monetaria respaldada por la moneda de la potencia más grande del hemisferio. Los especialistas antes de la decisión de un sector de la población ya preveían la situación que si la economía de los Estados Unidos entraba en recesión lógicamente por depender de esa moneda nuestro país tenía que sufrir las consecuencias a esto habrá que añadir que el empleado salvadoreño que sería de la clase  media se ve marginado de su estrato social porque su poder de adquisición baja notablemente, en El Salvador se gana el equivalente en colones y gastamos como que viviéramos en los Estados Unidos, da tristeza los comentarios de algunos connacionales que al darse cuenta que los precios de algunos productos que se manejan en nuestro país es igual que en el país del norte e inclusive más caro en El Salvador la única diferencia que lo que ellos ganan triplica o cuadriplica lo que gana un salvadoreño común por hora de ahí que muchos salvadoreños arriesguemos nuestra vida y sacrificar a nuestros hijos e hijas a crecer sin un padre o madre.  Me pregunto entonces por qué nuestro gobierno no lucha por disminuir la brecha social que cada vez está más distanciada los que tienen más cada vez tienen más y los que tenemos menos se nos quita lo poco que nos queda por lo bancos, usureros agiotistas, acaparadores , etc.
A esto agreguemos una feroz lucha de los comercios de quitarnos nuestro aguinaldo en algún artículo de “moda”  un celular, una tv. Etc. En este país hay más celulares que personas.
Entonces que pediremos al niño Jesús esta navidad, yo pediría sabiduría para no ser víctima del consumismo, reconozco que he caído muchas veces pero es uno de mis sueños comprar solo lo que realmente necesito. Pediría que Jesús ilumine a los que dirigen las riendas políticas de nuestra nación para que realmente piensen en las necesidades de la mayoría. En esta época donde cada partido político nos ofrece la luna y las estrellas queriendo seducir con sus promesas sin fundamento pidamos a Jesús que podamos elegir a  aquellos que sean la mejor opción  dentro de lo que tenemos.

lunes, 19 de diciembre de 2011

PARROQUIA SAMARITANA


Si cada hombre es hermano nuestro, tanto más el débil, el sufriente y el necesitado de cuidados deben estar en el centro de nuestra atención, para que ninguno de ellos se sienta olvidado o marginado: de hecho, “la medida de la humanidad se determina esencialmente en la relación con el sufrimiento y con el que sufre. Esto vale tanto para el individuo como para la sociedad. Una sociedad que no consigue aceptar a los que sufren y que no es capaz de contribuir mediante la compasión a hacer que el sufrimiento sea compartido y llevada también interiormente es una sociedad cruel e inhumana" (Carta enc. Spe salvi, 38) . Este fragmento del mensaje de Benedicti XVI sobre la jornada Mundial del Enfermo 2011 recuerda el espiritu y obligacion que como Comunidad tenemos con aquellos que sufren más. Felicidades a La Pastoral de la Parroquia por este tipo de evento que aparte de solidarizarnos con los hermanos enfermos y necesitados nos sensibiliza a nosotros para que descubramos en el rostro de el projimo a Jesús nuestro Señor

domingo, 11 de diciembre de 2011

FIESTA DEL PUEBLO


Varias veces los Evangelios nos presentan el profundo sentimiento de admiración, incluso estupor, de las multitudes ante las obras de Jesús. Esta admiración es una puerta que no debe ser despreciada como camino para la conversión y la transformación de la vida entera, pues el que admira está dispuesto a dejarse guiar y está en excelente actitud para dejarse impregnar por el poder de la gracia.


                                                ¿Estará viendo a la Virgencita de Guadalupe?
Y es que los niños son los que mas reflejan el amor de nuestra madre María, quien no se haga como un niño no entrara al Reino de los Cielos dijo nuestro Señor Jesús. Que bueno es Acercar a nuestros niños a estas devociones pero que bueno seria si tambien los que tenemos conciencia educaramos a los niños y niñas con los valores del Reino de Dios, solo asi podemos tener hombres y mujeres transformadores de un pueblo sumido en pobreza, desigualdad, injusticia, marginalidad igual que la que vivieron los pueblos indigenas en su momento. Todos nos quejamos de la violencia pero preguntemonos que hacemos nosotros para educar alas futuras generaciones con los verdaderos valores del Reino de Dios? Y es que la fé no solo se cultiva en el culto divino si no que se Robustece en las obras concretas, en hacer vida el evangelio que tanto nos ilumina nuestra Señora de Guadalupe.




Que alegria la que vivimos en mi querido San Cayetano comunida llena de Fé y Amor a María de Guadalupe niños, niñas , señores y señoras demostraro el amor a nuestra Señora. VIVA  LA VIRGEN DE GUADALUPE QUE EN NUESTRO PECHO LLEVA SU ALTAR.


EN TODA LATINOAMERICA  CELEBRAMOS A LA MORENITA DEL TEPEYAC, LA COMUNIDAD DE SAN CAYETANO NO SE QUEDA ATRAS

domingo, 4 de diciembre de 2011

2° domingo de adviento

 
Conversión.

El segundo domingo de Adviento nos habla, entre otras cosas, de la conversión. Es una invitación a no desesperar en el mal sino a tener la confianza que se puede cambiar y sobre todo cambiar para bien. El Cardenal Newman decía: Vivir es cambiar y ser perfecto es haber cambiado muchas veces. La conversión es tratar de cambiar cuantas veces sean necesarias para salir adelante. No importan tanto las veces que caigamos, más importantes son aún las veces que nos levantamos y con qué espíritu nos levantamos. Por eso, el  tiempo de Adviento, tan dedicado al tema de la esperanza, no podía dejar de lado el tema de la conversión. Quien tiene esperanza, espera también en la gracia y confía en su voluntad para poder lograr los cambios necesarios que requiere la persona enferma y debilitada por el pecado.

Juan el Bautista


Juan el Bautista es el profeta que une el Antiguo y el Nuevo testamento, es el profeta elegido para que anuncie a Jesús que ya viene. Es el profeta que tuvo la dicha de bautizar a Jesucristo para que el Espíritu Santo se manifestara. Como vemos, es un hombre muy importante en el plan de Dios. Es un gran profeta, Jesús incluso dijo de él: “Yo se los digo: de entre los hijos de mujer no se ha manifestado uno más grande que Juan Bautista” (San Mateo 11, 11). Sin embargo, Juan el Bautista es un hombre humilde y pobre. Su grandeza está en ser capaz de reconocer a Dios en su vida. Su riqueza está en tener a Dios en su vida. Jesús cuando habla de cómo se vestía el Bautista dice lo siguiente en el evangelio de San Mateo capítulo once, versículos del siete al nueve: Jesús comenzó a hablar de Juan a la gente: «Cuando ustedes fueron al desierto, ¿qué iban a ver? ¿Una caña agitada por el viento? ¿Qué iban ustedes a ver? ¿Un hombre con ropas finas? Los que visten ropas finas viven en palacios. Entonces, ¿qué fueron a ver? ¿A un profeta? Eso sí y, créanme, más que un profeta.” Jesús dice que Juan era más que un profeta, era un gran hombre, pero su grandeza no estaba en sus vestidos finos, Jesús aclara que esos están en los palacios, y Juan el Bautista no estaba en ningún palacio, sino en el desierto.

Qué equivocados estamos a veces los seres humanos, pensamos que la grandeza es vestirnos pomposamente, que la grandeza está en tener esto y lo otro olvidando a Dios de nuestras vidas. Pensamos que la grandeza es hacer esto y lo otro, cuando lo más importante no está en el hacer por hacer sino en hacer todo con amor y humildad. Juan el Bautista viste de modo humilde, el evangelio que hemos leído nos describe cómo vestía y qué comía en el desierto, cuando dice: Además de la piel que le ceñía la cintura, Juan no tenía más que un manto hecho de pelo de camello. Su comida eran langostas y miel silvestre. (San Mateo 3, 4).

Ante los ojos de los hombres Juan podía ser visto hasta como un andrajoso, un pobre, pero Dios no lo mira así. Jesús, recordemos, dice de él cosas grandes como que es más que un profeta o el hombre más grande nacido de mujer. Como vemos, no siempre la grandeza delante de los hombres es la grandeza que le agrada a Dios. Por eso, debemos tener en cuenta que Dios se hizo pobre, quiso nacer en un pesebre, el que todo lo tiene quiso no tener nada. No porque las cosas materiales sean malas, sino para enseñarnos que ellas no son las que nos hacen grandes.